TESTIMONIOS PERSONALES

Giuseppe Torselli

La experiencia del italiano Giuseppe Torselli viene de muy lejos. Fue responsable del mantenimiento eléctrico a bordo de la plataforma petrolera más grande del Mediterráneo frente a la costa de Libia. Allí, uno no se plantea la cuestión de rezar abiertamente como cristiano. Entonces, secretamente, rezaba el Rosario todas las noches con un rosario comprado durante una peregrinación a Lourdes, el cual llevaba —oculto— colgado al cuello.

Un día, el 25 de noviembre de 2000, una explosión incendió la plataforma donde trabajaba. Todo se quemó. Se le creyó muerto y su esposa fue informada.

Finalmente fue encontrado y resultó ser el único sobreviviente, con golpes en el pecho y quemaduras en un 70% del cuerpo, de las cuales el 45% eran de tercer grado y la capacidad respiratoria reducida en un 55%. Como no se le podía trasladar, fue tratado durante 42 días en un hospital libio sin equipo para víctimas de grandes quemaduras.

Sorprendentemente, mientras todo lo que llevaba puesto se había derretido, su rosario permaneció intacto. “Cuando le conté esta historia a mi esposa Bárbara —dice Giuseppe— ella estaba confundida porque pensó que lo tenía en mi bolsillo. No sabía que lo llevaba colgado al cuello. ¡Entonces entendí la enorme gracia que la Virgen María me había concedido y la importancia de la oración!”.

Giuseppe vino a contarme su historia al consultorio médico de Lourdes el 10 de octubre de 2006. Todavía está convaleciente pero vivo y lleno de gratitud a Nuestra Señora de Lourdes.

Tomado del libro Lourdes, terre de guérisons (“Lourdes, tierra de curaciones”), que el Dr. Theillier acaba de publicar en Ediciones Artège.

SANTO DOMINGO DE GUZMÁN.- Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Santo Domingo a rezar el Rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito porque muchos albigenses volvieron a la fe católica.

Domingo formó la Orden de Dominicos. Con gran celo predicaban el rezo del Santo Rosario, enseñaban y los frutos de conversión crecían, a medida que la orden crecía.

PAPA SAN PÍO V.- En 1569 los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero se le hizo poco caso. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. Por fin en 1571 se estableció una liga para la defensa de Europa. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las flotas cristianas y musulmanas en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria, entró en batalla contra
un enemigo muy superior en tamaño. Se jugaba el todo por el todo. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el santo rosario con devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

En Roma, el Papa se hallaba recitando el rosario en tanto se había logrado la decisiva y milagrosa victoria para los cristianos. El poder de los turcos en el mar se había disuelto para siempre. El Papa salió de su capilla y, guiado por una inspiración, anunció con mucha calma que la Santísima Virgen había otorgado la victoria.

PAPA SAN PÍO V.- En 1569 los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero se le hizo poco caso. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. Por fin en 1571 se estableció una liga para la defensa de Europa. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las flotas cristianas y musulmanas en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria, entró en batalla contra
un enemigo muy superior en tamaño. Se jugaba el todo por el todo. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el santo rosario con devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

En Roma, el Papa se hallaba recitando el rosario en tanto se había logrado la decisiva y milagrosa victoria para los cristianos. El poder de los turcos en el mar se había disuelto para siempre. El Papa salió de su capilla y, guiado por una inspiración, anunció con mucha calma que la Santísima Virgen había otorgado la victoria.

SAN BARTOLO LONGO.- Sacerdote que adoraba al demonio, gracias al rosario, murió santo. Bartolo nació en Italia en un hogar muy católico donde a diario rezaban el rosario. Bartolo fue descuidando hasta el extremo su vínculo con Dios.
En el año de 1863, influenciado por profesores liberales, concibió un odio visceral contra la religión católica. Más tarde accedió a encuentros que mezclaban ritos con orgías sexuales, espiritismo y adivinación. Pronto pidió ser ordenado sacerdote satánico.

Aunque enfermo y atormentado, durante dos años, cumplía con su amo, realizando misas negras y actos blasfemos para ridiculizar la fe católica en público y atraer nuevos devotos a las falsas promesas del satanismo. Toda la familia de Bartolo desde que vieron su transformación no habían dejado de rezar por él. Vincenzo Pepe, un buen católico, quien al verle pálido y demacrado le dijo: ¡Vas a morir en el manicomio, y además te vas a condenar para toda la
eternidad! .

Accedió Bartolo a visitar a un sacerdote y en la Fiesta del Sagrado Corazón en 1865, se confesó y volvió al amor de Dios.
Para reparar el mal causado, acudía a defender la religión y dar testimonio de su conversión, en los mismos lugares públicos donde antes se había mofado. Se casa con Marianna Farnararo, y es en el Valle de Pompeya, donde su fe sería probada, profunda tristeza va a vivir a punto de querer sumergirse en el infierno de la desesperación. En medio de esta tribulación escucha las siguientes palabras…

“Si quieres salvarte, propaga la devoción del santo Rosario: es promesa de María. ¡No puede perecer el que propaga una devoción que es tan grata a todo el cielo!” Estas palabras le consolaron, y endulzaron su tristeza. Luego de aquella experiencia mística Bartolo comenzó su apostolado mariano difundiendo la devoción al Rosario en todo el Valle de Pompeya, en particular entre la gente más pobre.

Bartolo propagó el Rosario, predicaba él mismo a los campesinos; fundó un periódico para expandir la devoción y evangelizar; creando una Novena del Rosario. Los Longo fundaron orfanatos, centros de artes y oficios para niños pobres y otras obras de caridad.

Murió el 5 de octubre de 1926 con estas palabras en los labios:
«Mi único deseo es ver a María, que me salvó y me salvará de las garras de Satanás».

SAN JUAN PABLO II.- No sólo animaba a rezar el Rosario: añadió 5 nuevos misterios para picar nuestro interés y lanzó un Año del Rosario para asegurarse que toda la Iglesia se sumara. Urgió a los católicos a rezar el Rosario por la paz, frente a los atentados terroristas.

Más tarde pidió rosarios por otra institución bajo un duro ataque: la familia. Su fe en el Rosario era contagiosa.  Las peticiones de la Virgen de Fátima de que se rezaran rosarios cada día, dijo, “deben sostenerse generación tras generación”.

Escribió la CARTA APOSTÓLICA ROSARIUM VIRGINIS MARIAE para propagar el Santo Rosario. En la misma el da testimonio y dice: “El Rosario me ha acompañado en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo.”